miércoles, enero 07, 2009

De piratas y corsarios mediáticos

Los arquitectos somos creadores de nuevos espacios, se nos paga por nuestras creaciones una sola vez. Según los defensores de los derechos de autor ¿cada persona que mira uno de nuestros edificios o entra en él debería pagarnos derechos?

La industria megamillonaria discográfica y de cine está indignada. Los usuarios han encontrado formas de evitar que se los robe descaradamente en aras del derecho de autor. La tecnología existente hoy en día permite que las personas compartan música y películas sin que los emisores originales puedan cobrar por ello.

En España el tema ha llegado a situaciones extremas. El gobierno ha instalado el llamado "canon digital" por el cual se cobra un impuesto a todos los soportes pasibles de ser usados para grabar imágenes o música. O sea que el gobierno español considera que todos los españoles, y los turistas, graban ilegalmente contenidos protegidos por derechos y les cobra por eso. O sea que en España todos somos culpables aunque demostremos lo contrario.

Obviamente ya aparecieron muchas voces desconformes con esta criminalización indiscriminada, pero al gobierno poco le importa el canon se cobra.

Quizás haya llegado el tiempo en que los músicos y los cineastas tengan que trabajar como hacemos todos para ganar dinero. Cuando canten en vivo, cuando graben un nuevo disco o rueden una nueva película ganarán dinero; pero una vez emitida su obra pasa a ser del dominio público, es así por mucho que les pese. Capaz que a los famosos tenga que alcanzarles con 20 o 30 millones, en lugar de miles de millones como acumulan varios de ellos.


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